viernes, 22 de agosto de 2025

Pendientes de marines espaciales de Warhammer 40000 (tutorial)

Hace unos meses se me ocurrió la idea de que, ya que me gustan tanto las miniaturas, ¿por qué no llevar unas puestas? Así que me puse a trastear con la impresora 3d y salieron unos pendientes de astartes de segunda edición bastante graciosos. Lo único que necesitas es una impresora de resina (o algún colega que tenga una impresora de resina) y unos pendientes. Los pendientes pueden ser de cualquier forma o tamaño, ahora haré una pequeña guía sobre cómo ponerle un arito personalizado a cualquier miniatura.



 Lo que hice fue pillar una STL de la miniatura, ponerle un arito en Blender y ya estaría. AQUÍ te puedes descargar tanto los archivos del marine como el resultado final con el arito, por si tienes unos pendientes a los que les sirvan. Si no es el caso y no tienes ni idea de Blender, no hay problema, sigue los siguientes pasos.

Abre el programa y borra el cubito haciendo click en él y pulsando la X. Después, vete a archivo e importa la miniatura a la que quieras poner un arito. Muy probablemente esté en formato STL.

Después tendrás que crear el arito. Para ello pulsa SHIFT + A, y en la opción de arriba del todo eliges la forma del aro. 

Una vez aparezca el arito, despliega el menú de abajo a la izquierda. Ahí puedes toquetear todas las medidas del aro hasta dejarlo como lo necesites. Yo recomiendo que sea bastante grueso para evitar que se quiebre la resina y pierdas por ahí una miniatura a la que seguramente le hayas dedicado bastante tiempo.


 Por último, cuando ya tengas la forma del aro definitiva; muévelo usando S para escalar, G para arrastrar y R para rotar. Con que lo coloques atravesando la miniatura es suficiente, asegúrate de que la unión sea lo suficientemente sólida como para que pueda aguantar su peso.


 Y ya estaría. Solo queda imprimirlo todo y pintarlo. Es importante también barnizar bien la miniatura después de haberla pintado, ya que va a estar expuesta y en roce con el pelo, la piel y demás. Con dos capas de barniz acrílico es suficiente, yo llevo usando los míos meses y siguen como nuevos. Espero que os haya servido, un saludito y si tenéis alguna duda o necesitáis ayuda con cualquier cosilla me podéis decir!

sábado, 16 de agosto de 2025

¡Se están haciendo cosas!

 ¡Hola! He actualizado el archivo de miniaturas del blog y ha quedado bastante chulo, creo yo. ¡Id a echarle un ojo! Son de una sesión que hicimos a principio de agosto, mi pareja Lidia lo gestionó prácticamente todo, yo puse los muñecos, la cartulina y poco más. Fue diver. 

He ido subiendo las fotos al instagram, pero la resolución de las imágenes allí es para echarse a llorar. Aquí se puede apreciar bastante mejor lo bien hechas que están, hacer fotos a cosas tan pequeñas es REALMENTE difícil. 

Muchas cosas este verano, aunque al final el balance es bastante positivo. Estoy saliendo de un bloqueo creativo que me estaba jodiendo bastante la percepción de las cosas que llevo haciendo para el fanzine de Lagartija Cuchilla.  Llevaba muchos meses en los que no me gustaban nada las páginas que sacaba y no sabía muy bien qué hacer. En mayo lo dejé todo y me puse con un cómic nuevo que tenía pensado hacer cuando terminase la segunda parte de Turbotralla, Carne de nuestra sangre. Al parecer era lo que necesitaba. Me está gustando mucho cómo está quedando y creo que estoy comunicando lo que quiero comunicar con él. He vuelto a tener la ilusión por dibujar cómics que no tenía igual desde hace ya un año. Está dividido en 6 partes y en el número del mes que viene se publicará la quinta, así que si todo va bien para el número de octubre estará acabado. 

Durante estas últimas semanas he estado leyendo mis páginas de Lo de la mazmorra y, joder, me gustan. Me gustan mucho y me alegro muchísimo de poder verlas y por fin sentirme orgulloso de ellas. En cuanto termine Carne de nuestra sangre volveré a dibujar Lo de la mazmorra con más ganas que nunca. La segunda parte de Turbotralla tendrá que esperar, aún no me veo como para retomarla, pero no soy tan pesimista como antes y fijo que en algún momento se me ocurre algo que hacer con ella.

También estoy pintando miniaturas. No tantas como me gustaría, porque si por mí fuera no haría otra cosa, pero muchas miniaturas aún así. Tengo pensado hacer cuando pueda un apartado en la parte del archivo de minis para las que he pintado por encargo, que de momento son todas para equipos de BlitzBowl, con el mismo tipo para el que empecé a pintar hace como un año. Hace poquito caí en hacer una pequeñísima compra impulsiva y me pillé un Pizoteador Orko, muy probablemente el pedazo de plástico más guapo de la historia. 


 Cuando termine de montarlo tengo pensado hacer una pequeña guía sobre cómo montarlo e imantarlo, que no es un modelo sencillo y tampoco hay mucha info en español al respecto. También me molaría documentar el proceso de pintado, que tiene pinta de que va a ser toda una odisea, ya se irá viendo. Debería quizás intentar meter la patita dentro del mundillo de las miniaturas, el warhammer y demás, pero la verdad es que me da un poco de miedo la gente que suele rondar por ahí. Habrá que hacer algo si quiero intentar ganarme la vida con esto en un futuro (cosa por la que MATARÍA).

Por otro lado y cambiando de tema, no se lo mucho que aguantaré en las redes sociales habituales (instagram y tuiter). Llevo años que apenas entro a tuiter más que para revisar la cuenta candado y ver qué se cuentan las 15 personas o así a las que sigo, cualquier otra cosa es exponerse al pozo de odio retroalimentado más horrible de internet. Recuerdo que como en 2022 o 2023 tuiteaba en mi cuenta pública varias veces al día e interactuaba mucho con la gente, en esa época conocí a mucha de la gente genial que está en Lagartija Cuchilla. Y no se si he borrado esos recuerdos, pero no era todo así de hostil. Hoy en día es imposible, al menos para mí, navegar por ese sitio sin encontrarte posts diseñados específicamente para hacerte reaccionar e interactuar negativamente, está todo lleno de trampas. Me gusta mucho la idea de una web de microblogging, pero tuiter ya no es eso.  He intentado usar más Instagram estos últimos meses, y aunque me parece muchísimo menos nociva y agresiva que tuiter, sigue teniendo sus cosas. Se supone que es un lugar en el que publicar trabajos gráficos, pero la calidad permitida de las imágenes limita demasiado, no sé. Supongo que está bien para conocer cosas y la gente que hace esas cosas y tal. También digo todo esto obviando el hecho de que está diseñada para atrapar tu atención de forma super predatoria, no tan maliciosa como tuiter, pero aún así. Por eso mismo quiero intentar usar más este blog, o usar mucho menos las otras redes, en realidad. 

 En fin, me está gustando mucho la experiencia de tener un blog y hacerlo cada vez más mío, quiero seguir haciéndolo. Un saludito y leed Lagartija Cuchilla, siempre estoy por allí cada mes. Yo y mucha gente que mola más que yo. ¡Leednos!

 

 

 

martes, 8 de abril de 2025

Sobre odiar

Odiar es algo que hago bastante. Antes lo buscaba, es divertido odiar algo en común, es de lo que más une a un grupo de personas, aunque no es una unión muy real. Odiar a solas también puede ser divertido, pero es mucho más doloroso. Creo que junto al amor, el odio es la emoción más física que existe. Cuando odias de verdad, lo sientes dentro de tí, la presión de como si hubiese algo real, como un pequeño objeto, que se hace más grande y más pequeño, que se mueve y reacciona. 

Si odias en común es fácil gestionar esa bolita que te ha crecido dentro, al hablarlo es como que dejas que te escape por la boca, igual no se va toda, pero suele ser suficiente como para aliviar la presión. Aunque no puedes soltarla sin más, esa bolita tiene que ir a algún sitio, tienes que pasársela a alguien. Ese intercambio de una forma o de otra, ya sea por puro despecho o por sentir la comprensión de otro, siempre es placentero. Odiar a solas es mucho más difícil. La bolita no puede ir a ningún sitio, se te queda dentro. Algunas veces se te queda dentro más tiempo del que querrías y la bola se queda como agua estancada, empieza a oler mar, a molestarte, incomodarte y a hacerte daño. No tiene por qué ser así, en el mejor de los casos con el tiempo la bolita se irá enterrando dentro de ti, irá muriendo poco a poco. Y como muerta que es, acabarás teniendo su recuerdo, pero nada más. Aunque otras veces no es algo que puedas controlar, muchas veces la bola estancada empieza a sedimentarse. Su cuerpo podrido es enterrado, aún moribundo, demandando que de vez en cuando abras el sepulcro para que excaves llenándote las uñas de tierra hasta sacar lo que quede de ahí. Sólo para echar un vistazo. Sólo porque has visto un nombre en el cartel de un local que te recuerda vagamente al suyo. Eso desentierra la bola. Y la tierra tardará mucho en volver a cubrirla, probablemente no para siempre.

Cuando me refiero a odiar de verdad, me refiero a odiar a alguien. A una persona. Puedes odiar a una empresa, al cabecilla del partido fascista de tu país o al CEO de la multinacional que controla el mundo, pero para mí no está cerca de lo que yo considero odiar de verdad. Un odio personal, un pensar "podría matar a esta persona", a alguien que conoces, alguien que te haya hecho algo o que ni siquiera te haya hecho nada a ti. Hay algo que da mucho miedo y me genera un profundo respeto ahí. Aunque creo en la parte involuntaria del odio, también creo que hay una parte muy activa en ello. Puedes sentirte incómodo con una persona, puede caerte mal, pero para odiar a alguien tienes que, aunque muy en el fondo, querer odiarle. El odio puro requiere demasiado esfuerzo, demasiada fuerza de voluntad como para hacerlo sin querer. Puede ser vergonzoso admitirlo, pero el odio más puro y verdadero es en el fondo deseado por uno mismo. 

Yo he odiado y odio mucho, quizás más de lo que me gustaría, y se me da bastante mal. No se si se puede ser mejor en odiar, si puedes odiar más eficazmente que otras personas, se me pone un poco de mal cuerpo al pensar en la productividad del odio así, pero tengo muy claro que a mí se me da muy mal. Siempre me acaba comiendo, la bolita siempre es demasiado grande y siempre acaba siendo desenterrada. Me avergüenza pensar en lo que he dicho de la parte activa del odio, que en el fondo lo busco, pero me avergüenza aún más saber que no es tan al fondo, que de una forma morbosa y cruel, aunque saque más cosas malas que buenas, disfruto y me gusta odiar. Que siempre que se desentierra la bola no es la bola quién mágicamente me llama y yo la escucho siendo víctima de sus encantos, sino que la desentierro yo sólo, sin que nadie me lo pida, sin ninguna excusa que pueda quitarme la culpa. Me avergüenza, pero tampoco es algo que quiera cambiar. Sigo pensando que odiar está dentro de la condición humana, que hay algo malo dentro de cada uno de nosotros y que tiene que salir por algún lado. No sé, ni quiero saber lo que ocurre cuando eso se queda dentro de cada uno, desperdigado y a sus anchas, cuando esa energía no se focaliza en algo externo.

Odiar no es sano, pero tampoco es mucho mejor no hacerlo. No es algo bonito ni agradable. No es algo de lo que sentirse orgulloso. Pero tampoco es algo de lo que se pueda huir. Al menos yo no puedo.

 

lunes, 31 de marzo de 2025

Miedo a la muerte

 ¡Qué miedo! Pues sí. Resulta que lo de darse cuenta de que inevitablemente vas a morir en algún momento es una cosa con la que se suele lidiar de pequeñito cuando lo piensas por primera vez. Seguramente alguna vez ya más de mayor se te vuelva a pasar por la cabeza y te joda alguna tarde, pero no va a ser nada nuevo, es algo que ya sabías. Bueno, pues parece que soy un poco más tonto de lo que suelo pensar, porque yo me di cuenta de que iba a morir en enero de este mismo año. 

Supongo que es un privilegio, nunca he vivido la muerte demasiado de cerca, tres de mis abuelos murieron pero yo era demasiado joven como para entenderlo bien y la verdad es que tampoco eran personas muy cercanas a mí. Me parece raro aún así, siempre he estado expuesto a la muerte en la ficción, o en la vida real aunque sea de lejos. Siempre he entendido lo que era, además la entendía de una forma fría y algo cruel; no hay nada después, cuando te mueras te has muerto, se acabó.  Pensaba que tenía también asumido que en algún momento me iba a tocar a mí, pero parece que no.

Creo que sobre el 28 o el 29 de diciembre, volviendo con mi pareja de comprar comida china para llevar, creo que vi a alguien muy mayor por la calle y lo pensé. "En algún momento me tocara estar así, ser viejo", "en algún momento me tocará estar postrado en una cama", "en algún momento me tocará vivir los instantes anteriores a mi muerte". Y ya está, eso fue. El miedo más intenso que haya yo sentido nunca me recorrió de arriba a abajo y me agarró del cuello para no soltarme jamás. Iba a morir en algún momento. Mis padres, mis amigos y mi pareja iban a morir también en algún momento. No podía. En algún momento va a explotar el Sol. Me daba igual que fuese en millones o billones de años. Iba a pasar. Todo iba a desaparecer en algún momento y no hay nada que se pueda hacer al respecto. 

No podía quitármelo de la cabeza, no podía vivir. De qué servía nada. Qué mas da. Me echaba a llorar sólo con pensar que mi pareja iba a morir en algún momento. Visto en retrospectiva, diciembre fue también el mes en el que empecé con el HRT y los estrógenos te ponen un poquito (MUCHÍSIMO) sensiblone y llorica. De todas formas no me gusta echarle la culpa a las hormonas, lo que sentía era real y lo sentía como tal. Estuve casi todo enero así. El miedo no desaparecía, se iba asumiendo poco a poco. El sentimiento pasaba de "estamos condenados y nada de esto sirve de nada" a "bueno, es lo que hay, al menos he existido, estoy existiendo". Al final es lo de siempre, intentar ver lo bueno en vez de ver lo malo. Aún así siento que me estoy auto engañando, no debería haber bueno, vivir sabiendo que algún día morirás es una condena, una maldición. 

Si lo piensas mucho mola bastante, estamos condenados a la muerte, aún así vivimos, hacemos cosas, creamos. Todo va a desaparecer y hay gente que juega a videojuegos de coches, que graba cortos, que hace fanzines, que pinta miniaturas. Está bastante guay, es bonito. 

Ahora estoy bastante mejor. No creo que nadie puesta estar bien del todo con esto, creo que si piensas lo suficiente en que no hay nada que hacer al respecto, al final puedes acabar asumiéndolo o ignorándolo. Tampoco nos queda otra, hay que mirar a otro lado para poder vivir, hasta que dejemos de poder hacerlo. Pero sí, estoy bastante mejor, no me preocupa tanto la muerte natural, de hecho la deseo, quiero poder morir de forma natural. Significará que habré vivido mucho. Es la conclusión lógica a la que llega todo el mundo, supongo. Ahora me da mucho más miedo precisamente eso, no poder morir de muerte natural, que pase algo, sobretodo a la gente que quiero. De nuevo, creo que es lo más lógico, lo que la mayoría de gente piensa. 

Aún me queda para poder convivir con la muerte de forma soportable. Siempre que subo al metro pienso que puede descarrilar, que el ascensor se puede caer o que algún órgano de mi cuerpo puede fallar. Poco a poco, poco a poco. No podría haber escapado del hoyo sin la ayuda de mi pareja, la mejor persona que conozco y a la que más amo. Creo que pasar por esto me ha ayudado, creo que me ha hecho un poquito mejor. Me he dado cuenta de lo importante que es amar. Lo único importante de verdad. Para eso estoy aquí, para amar. Valdría la pena pasar por mil infiernos sólo para poder amar y ser amade. Vivir sabiendo que en algún momento dejarás de hacerlo es al final de todo un precio bastante justo a pagar.

martes, 18 de febrero de 2025

Muñecos pequeños

Más o menos durante octubre del año pasado puse un anuncio en Wallapop ofreciendo servicios como pintor de miniaturas. Al dia siguiente me habló un tipo preguntando por un equipo de enanos y otro de orcos para el Bloodbowl. Un mes más tarde había cobrado ya mi primer "sueldo" trabajando de pintar monigotes. 


 
 


 Y al parecer le debieron de gustar mucho los muñequitos porque desde ese momento he estado pintando para él. La verdad es que ni de coña compensa el tiempo que le dedico con el dinero que cobro pero siempre me acabo autoconvenciendo repitiéndome que hacer esto me gusta y que yo ya hacía esto de gratis, así que con que cobre un mínimo ya está bien. Sé que no es así y que igual debería valorar más mi tiempo, pero me pagan por pintar muñecos de plástico, no me voy a quejar. 
 

La verdad es que siempre me ha parecido muy importante reivindicar el hobby. Algo totalmente opuesto a la cultura de la productividad que nos intentan meter en la cabeza hoy en día. La idea de hacer algo simplemente porque te gusta, porque es divertido. Me pone un poco triste que parezca tan revolucionario. Formar parte del hobby de un tipo ya con familia y la vida hecha, que una vez cada muchos meses se escapa a una casa rural a jugar a jueguitos de mesa con sus amigos, que saca sus pequeños duendes de plástico y los pone encima de la mesa, muy orgulloso de ellos. La verdad es que es algo que me llena y que me hace sentir que estoy haciendo el mundo un lugar un poquito mejor. 

 
Hace ya tiempo desde que me di cuenta de que nunca podría trabajar de algo relacionado con mis dibujos, por imposibilidad y por convicciones personales. Hay algo especialmente maligno en combinar el trabajo asalariado con el trabajo creativo. Por esto mismo pensaba que me acabaría cansando de pintar miniaturas para otros. Pero la verdad es que cada vez me gusta más, creo que por no ser tan creativo o por ser algo más mecánico no me llega a saturar, no lo sé, la verdad, pero me lo paso muy bien con estos bichos. Creo que sería uno de los pocos trabajos en los que no me iría volviendo loco a lo largo del tiempo. Hola, si quieres contratar a alguien que pinte muñecos de forma más o menos profesional dime algo, por favor.


lunes, 17 de febrero de 2025

Teflón ha muerto

 ¡Teflón ha muerto! Murió la noche del 13 de diciembre y esa misma noche lo enterramos en una pequeña ceremonia improvisada. Lo encontré acurrucado en su iglú con los ojos cerrados, se fue mientras dormía, como no podía ser de otra forma. Al final, tal y como pensaba, que se haya ido me ha afectado más de lo que pensaba. Por mucho que me intentase convencer de otra cosa y por muy graciosa que haya sido la situación, resulta que no quería que se fuera. Quién lo iba a decir. Nos estamos planteando adoptar otro par de ratoncillos, unos que seguramente sean más normales y no den tantos quebraderos de cabeza como el difunto Teflón. Ya se verá.





sábado, 12 de octubre de 2024

La leyenda de Blobolorb Babbunglobs

 Cuaderno de bitácora - 14 de agosto de 1964

Esta mañana hablé con el capitán y volvió a sacar el tema de que deberíamos irnos. Es la quinta vez que lo saca esta semana y tuve que volver a explicarle por qué es tan importante que terminemos la investigación, pero me ha dado un ultimátum. Me ha dicho que se han reunido todos sin mí, esta mañana, en el campamento base. Dice que han decidido no acabar la investigación, por unanimidad. Podría haberle explicado la estupidez que es votar algo así sin consultar la opinión del director en jefe de investigación. Podría haberle explicado que los resultados de todos estos meses de observación son mucho más importantes que la vida de las 20 personas que tengo a mi cargo. Podría haberle enumerado todos y cada uno de los motivos por los que estaba tan equivocado, pero no serviría de nada. Le dí la razón. Le dije que en menos de una semana recogeríamos todo el equipo y montaríamos en los helicópteros para volver a casa. Obviamente le mentí. 

 El primer avistamiento del espécimen fue hace 8 meses, nada más aterrizar en la isla. Vinimos a recolectar muestras de musgo, pero uno de los chavales nuevos volvió corriendo y chillando, diciendo que había visto una criatura extraña. Nadie le creyó, pero aún así fuimos a investigar. 

Fotografía del 4 de enero de 1964

Los vimos. Tres criaturas completamente desconocidas por el hombre hasta el momento. En ese momento el curso de nuestro viaje cambió para siempre. Empecé a dirigir una exhaustiva  investigación sobre la especie para poder traer a casa el informe más completo posible, no iba a dejar que nadie se me adelantara. 


 

 

 

 

 

 

Me atrevo a considerar los primeros días de la investigación como los mejores días de toda mi vida. Era un descubrimiento detrás de otro, había recuperado en entusiasmo e ilusión que no tenía desde hacía más de 20 años y me parecía todo fascinante. 

 

 

Especímenes en medio de una interacción social con otras especies

Eran inteligentes y lo demostraban con una impecable toma de decisiones constante. Se organizaban en tribus y tenían instaurada una envidiable democracia. Tenían su propia cultura y costumbres, eran capaces de mostrar más humanidad de la que jamás haya visto en un humano de verdad.

Individuo mostrando signos de inteligencia 

 
Fotografía de aldea en su hábitat natural inalterado
Al comienzo del segundo mes contemplamos un evento que nunca pensamos encontrarnos en un ambiente así. Las criaturas nos mostraron que podían ser tan crueles y despiadadas como cualquier humano, y así tuvo lugar un conflicto armado. Hubo una sanguinaria matanza entre ellos, que no cesó hasta que la aldea enemiga, con la mayoría de sus habitantes dentro, acabó reducida a cenizas.

Nadie, ni siquiera ellos, puede escapar de los horrores de la guerra

 

 

No pude evitar pensar que estábamos corrompiendo a esas inocentes criaturas. Que nuestra presencia allí estaba despertando en ellos algo que jamás deberían conocer. Tenía miedo de que, mientras investigaba, viera reflejados en ellos los tantísimos errores que me han convertido en lo que soy ahora. 

Los siguientes meses pasaron como minutos por delante de mis ojos. Fui descubriéndome a mí mismo a través de esas cosas más de lo que jamás podía haber imaginado. No tardé demasiado en sentir nauseas, y no os confundáis, no es algo que se pueda entrenar y no estoy mejor de lo que estaba hace 6 meses.

 Quiero creer que sigo investigando por inercia, pero sé que la curiosidad innata de la naturaleza humana es la fuerza más poderosa que existe, lo sé porque lo compruebo día a día. No he tenido el valor de acabar con todo, no creo que pueda llegar a tenerlo nunca.
Ya no se qué hacer.
 


 

 

 

 

 


 

Cuaderno de bitácora - 21 de agosto de 1964

Hoy es el día. Saben que no dejaré que se vayan. Saben que les he estado mintiendo y que no les daré las llaves del helicóptero. Si yo no puedo acabarlo, dejaré que lo hagan ellos. Ya se ha puesto el sol y todo el mundo está dormido en sus tiendas. Sé que lo harán esta noche y que no volveré a despertarme. Son buenos chicos. Adjunto mi investigación, quiero que sea mi regalo. A cambio pido una sola cosa. 

Por favor.

Aseguraos de que nunca nadie más vuelve a poner un pie en esta isla. 

 




 

 

 







Pendientes de marines espaciales de Warhammer 40000 (tutorial)

Hace unos meses se me ocurrió la idea de que, ya que me gustan tanto las miniaturas, ¿por qué no llevar unas puestas? Así que me puse a tras...