jueves, 6 de noviembre de 2025

Carne de nuestra sangre ya está terminado!!

 Hola hola. En el último número de Lagartija Cuchilla he publicado la parte final de Carne de nuestra sangre, el cómic en el que llevo trabajando desde abril de este año. Al final han sido 6 capítulos de 6 páginas cada uno, un total de 36 (2 más que Turbotralla, ojito). Lo he subido todo juntito a Itchio para que quien quiera se descargue el PDF y también lo he subido por aquí para que se pueda leer online. Un saludito.


 



 

lunes, 22 de septiembre de 2025

CÓMO MONTAR, IMANTAR Y PINTAR EL PIZOTEADOR ORKO / ORK STOMPA DE WARHAMMER 40.000

 

Más fotitos del modelo terminado al final del post

¡Hola! Hace un par de semanas terminé por completo el Pizoteador Orko, una de las "minis" más guapas e impresionantes de Games Workshop. Casi 30 cm de chatarra orka con mucho pincho y un cañonazo de otros 20 cm de largo que deja temblando de miedo a cualquier caballero imperial (siendo bastante más barato que uno de estos últimos, además). Lo empecé a montar a principios de julio y, aunque no sea un modelo especialmente difícil, sí que puede hacerse un tanto abrumador. En esta pequeña guía intentaré dar consejitos para facilitar el proceso y que no se te quede el amigo todo gris y a medio montar en la pila de proyectos inacabados. Si sólo te interesa ver cómo me ha quedado, puedes encontrar las fotografías aquí.

 PARTE 1: MONTAJE

El pizoteador orko es un modelo del 2009, que igual parece que no ha pasado tanto tiempo, pero ha llovido y se nota en muchas cosas. La primera de ellas es el manual, que sinceramente es un desastre. Las instrucciones pretenden que montes un bicharraco de 230 piezas en tan sólo 22 pasos, lo que te deja con pasos en los que tienes que juntar 10 piezas de una, teniendo como única referencia una impresión en blanco y negro de no muy buena calidad. Por si fuera poco, a pesar de que cada una de las piezas viene numerada en la matriz, en el manual no aparecen los números, siendo muchas de las piezas como cables o placas de metal muy parecidas todas entre ellas. Si eres muy fan de los orkos estás de suerte, porque intentar montar este modelo con sólo el manual te hará sentir como todo un mekánico orko que junta pedazos de chatarra entre sí a ver si funciona. De todas formas, no te preocupes, porque un par de almas caritativas han escaneado y publicado sus versiones de los manuales con las piezas ya numeradas.Yo iba revisando y contrastando un par de ellos con el mío propio para tener las cosas lo más claras posible, dentro de lo que cabe. Yo he usado estos dos: Manual revisado 1, Manual revisado 2
El segundo dolor de cabeza que te puede dar este modelo son las líneas de molde, que son muchas y muy grandes, así que prepárate para estar horas raspando plástico.  Por todo lo demás no deberías tener mucho problema a la hora de montarlo. 
En cuanto a la tripulación, viene un orko pilotando y varios goblins. Yo añadí unos cuantos más de la caja de Snotlings, pero con los que vienen tienes de sobra. Uno de ellos tiene el dedo índice levantado, pero hay un dedo mucho más divertido que el índice. Recomiendo encarecidamente cortarle el dedo con cuidado y pegárselo en el lugar correspondiente. 



 
 

PARTE 2: MAGNETIZACIÓN. 

Esto es completamente opcional, pero yo lo recomiendo muchísimo dado el tamaño del modelo para que sea más fácil de pintar y de transportar. Yo, en total, dividí al pizoteador en 6 partes: Cuerpo, placa frontal del cuerpo, tuberías de la espalda, cabeza, brazo izquierdo y brazo derecho.
 No quería dejar inaccesible el interior del pizoteador, así que con 8 imanes, uno para cada esquina, imanté la placa frontal para poder abrirlo. Es últil por si en un futuro te apetece ponerle leds por dentro o alguna fantasía por el estilo. También el poder acceder al interior hace mucho más fácil el proceso de imantar el resto de partes. No sabría decir el tamaño de los imanes que usé, pero eran los más grandes que tenían en el GoblinTrader de Valencia, son los que se usan para imantar peanas. La cabeza y la parte de la espalda son relativamente sencillas, con un imán central es suficiente (imantar la cabeza es especialmente recomendable para poder girarla y tener articulación). Con un taladro manual y un poco de trabajo de bisturí tienes el agujero en nada, intenta que sea del mismo tamaño que el imán para que encaje lo mejor posible. Después, pon un poco de papel de horno entre los dos imanes y deja que se peguen entre sí. A continuación pon superglue en cada una de las piezas y colócalas en la posición en las que quieres que queden una vez ya imantadas. Cuando estés seguro de que el pegamento ha hecho efecto, separa las dos piezas y, si todo ha ido bien, estarán los imanes en su sitio. El papel de cocina debería haber impedido que algo de superglue llegue a la parte en la que los imanes están en contacto.   
Puedes simplemente pegar los imanes por separado en las piezas, pero te arriesgas a dos cosas. La primera es equivocarte con la polaridad de los imanes, que será porque no soy muy liste pero a mí me pasa bastante. Y lo segundo es que las piezas no se alineen bien una vez pegadas, que siendo tan grandes es muy probable. 
Imantar los brazos es ya otra cosa. Al parecer la gente en internet tiene bastantes problemas a la hora de imantarlos, cosa normal ya que pesan una barbaridad. Sin embargo, yo no he tenido tanto problema gracias a la pestañita hexagonal que hace que quede todo en su sitio. La cosa es situar el imán en la parte superior de la junta para que la mayoría del peso descanse sobre la pestaña de plástico. 

Para la ristra de munición que va conectada al brazo, simplemente pégala al cuerpo, pero no al arma. De esta forma tan solo tendrás que  deslizar la ristra hacia el hueco de debajo del arma cada vez que la coloques en el torso. Y poco más, la única parte con algo de complicación es la de los brazos, pero lo dicho, situando los imanes en la parte superior de la junta no debería de haber ningún problema.
 

PARTE 3: PINTADO

 

Una vez todo montadito y terminado toca pintar. Da mucho miedo e intimida un montón, pero créeme, es mil veces más fácil y divertido de lo que parece. Tenemos la gran ventaja de que este bicho es una montaña de chatarra y que por consecuencia debe estar sucio, y ensuciar cosas es muy divertido. Lo primero que vamos a hacer es imprimar todo en color negro. Una vez sea todo de un color negro sólido y consistente, pilla tu pintura metálica de confianza (la mía es leadbelcher de Games Worhshop) y dale un pincel seco no muy seco a toda la miniatura. Asegúrate de no ser nada delicado y dale bien de brochazos irregulares y erráticos, si aparecen manchurrones y trazos de que no has retirado la suficiente pintura del pincel, mejor que mejor. 
Para representar los diferentes metales, puedes probar a pintar placas enteras con el color metálico del pincel seco para luego darles un lavado de tinta negra (en mi caso nuln oil de Games Workshop). También puedes pintar placas de un color más cobrizo y darles después un lavado de tinta marrón (en mi caso agrax earthshade de Games Workshop). La tinta marrón es también útil para, una vez diluida, darle un lavado suave a las placas blancas. También, con la tinta sin diluir, puedes ponerla en los remaches y tornillos para hacer que destaquen y darles ese toque de aceite viejo. Yo puse mucha de esta tinta también en las juntas de las placas de metal y simulé chorretones de aceite haciendo trazos de arriba a abajo. 
 
Puedes hacer pintadas en la chapa para darle más personalidad a la miniatura, yo usé sobretodo el patrón de cuadrados blancos y negros. El truquito más importante para darle ese aspecto de suciedad y desgaste es usar una esponja. Arranca un pedacito de esponja e imprégnala en pintura negra, no tengas miedo de pasarte, eso le dará una textura y relieve que nos vendrá muy bien. Mancha con la esponja zonas donde creas que la máquina puede haber recibido mayores daños, como zonas muy expuestas, el extremo de las armas y tuberías o las esquinas de las piezas de chapa. Una vez hecho esto, también puedes simular el desconche de la pintura usando también la esponja para aplicar pintura metálica. Una vez tengas todo realmente sucio, puedes detenerte en detalles más finos, como repasar con un color plateado los bordes y esquinas de los paneles metálicos.
 
Para pintar al orko y los goblins sigo la fórmula que uso siempre. Empiezo con un color verde suave, le paso un lavado de tinta verde para sacar las sombras y voy después sacando las luces usando el verde base y añadiendo cada vez más amarillo hasta llegar al amarillo puro en la zona de luz máxima.
Y la verdad es que no tiene mucha más complicación, a mi parecer es más difícil montarlo e imantarlo que luego ya pintarlo. Puede que en algún momento le ponga algún goblin más, pero de momento se va a quedar así. Si tienes dinerito ahorrado y quieres pillarte un bicho gordo de verdad, que impresione verlo y sea un auténtico armatoste, recomiendo muchísimo este modelo. Espero que a alguien le haya parecido interesante el proceso o le haya servido la guía, si creeis que puedo ayudaros con alguna cosilla me podéis decir, un saludito.


 

viernes, 22 de agosto de 2025

Pendientes de marines espaciales de Warhammer 40000 (tutorial)

Hace unos meses se me ocurrió la idea de que, ya que me gustan tanto las miniaturas, ¿por qué no llevar unas puestas? Así que me puse a trastear con la impresora 3d y salieron unos pendientes de astartes de segunda edición bastante graciosos. Lo único que necesitas es una impresora de resina (o algún colega que tenga una impresora de resina) y unos pendientes. Los pendientes pueden ser de cualquier forma o tamaño, ahora haré una pequeña guía sobre cómo ponerle un arito personalizado a cualquier miniatura.



 Lo que hice fue pillar una STL de la miniatura, ponerle un arito en Blender y ya estaría. AQUÍ te puedes descargar tanto los archivos del marine como el resultado final con el arito, por si tienes unos pendientes a los que les sirvan. Si no es el caso y no tienes ni idea de Blender, no hay problema, sigue los siguientes pasos.

Abre el programa y borra el cubito haciendo click en él y pulsando la X. Después, vete a archivo e importa la miniatura a la que quieras poner un arito. Muy probablemente esté en formato STL.

Después tendrás que crear el arito. Para ello pulsa SHIFT + A, y en la opción de arriba del todo eliges la forma del aro. 

Una vez aparezca el arito, despliega el menú de abajo a la izquierda. Ahí puedes toquetear todas las medidas del aro hasta dejarlo como lo necesites. Yo recomiendo que sea bastante grueso para evitar que se quiebre la resina y pierdas por ahí una miniatura a la que seguramente le hayas dedicado bastante tiempo.


 Por último, cuando ya tengas la forma del aro definitiva; muévelo usando S para escalar, G para arrastrar y R para rotar. Con que lo coloques atravesando la miniatura es suficiente, asegúrate de que la unión sea lo suficientemente sólida como para que pueda aguantar su peso.


 Y ya estaría. Solo queda imprimirlo todo y pintarlo. Es importante también barnizar bien la miniatura después de haberla pintado, ya que va a estar expuesta y en roce con el pelo, la piel y demás. Con dos capas de barniz acrílico es suficiente, yo llevo usando los míos meses y siguen como nuevos. Espero que os haya servido, un saludito y si tenéis alguna duda o necesitáis ayuda con cualquier cosilla me podéis decir!

sábado, 16 de agosto de 2025

¡Se están haciendo cosas!

 ¡Hola! He actualizado el archivo de miniaturas del blog y ha quedado bastante chulo, creo yo. ¡Id a echarle un ojo! Son de una sesión que hicimos a principio de agosto, mi pareja Lidia lo gestionó prácticamente todo, yo puse los muñecos, la cartulina y poco más. Fue diver. 

He ido subiendo las fotos al instagram, pero la resolución de las imágenes allí es para echarse a llorar. Aquí se puede apreciar bastante mejor lo bien hechas que están, hacer fotos a cosas tan pequeñas es REALMENTE difícil. 

Muchas cosas este verano, aunque al final el balance es bastante positivo. Estoy saliendo de un bloqueo creativo que me estaba jodiendo bastante la percepción de las cosas que llevo haciendo para el fanzine de Lagartija Cuchilla.  Llevaba muchos meses en los que no me gustaban nada las páginas que sacaba y no sabía muy bien qué hacer. En mayo lo dejé todo y me puse con un cómic nuevo que tenía pensado hacer cuando terminase la segunda parte de Turbotralla, Carne de nuestra sangre. Al parecer era lo que necesitaba. Me está gustando mucho cómo está quedando y creo que estoy comunicando lo que quiero comunicar con él. He vuelto a tener la ilusión por dibujar cómics que no tenía igual desde hace ya un año. Está dividido en 6 partes y en el número del mes que viene se publicará la quinta, así que si todo va bien para el número de octubre estará acabado. 

Durante estas últimas semanas he estado leyendo mis páginas de Lo de la mazmorra y, joder, me gustan. Me gustan mucho y me alegro muchísimo de poder verlas y por fin sentirme orgulloso de ellas. En cuanto termine Carne de nuestra sangre volveré a dibujar Lo de la mazmorra con más ganas que nunca. La segunda parte de Turbotralla tendrá que esperar, aún no me veo como para retomarla, pero no soy tan pesimista como antes y fijo que en algún momento se me ocurre algo que hacer con ella.

También estoy pintando miniaturas. No tantas como me gustaría, porque si por mí fuera no haría otra cosa, pero muchas miniaturas aún así. Tengo pensado hacer cuando pueda un apartado en la parte del archivo de minis para las que he pintado por encargo, que de momento son todas para equipos de BlitzBowl, con el mismo tipo para el que empecé a pintar hace como un año. Hace poquito caí en hacer una pequeñísima compra impulsiva y me pillé un Pizoteador Orko, muy probablemente el pedazo de plástico más guapo de la historia. 


 Cuando termine de montarlo tengo pensado hacer una pequeña guía sobre cómo montarlo e imantarlo, que no es un modelo sencillo y tampoco hay mucha info en español al respecto. También me molaría documentar el proceso de pintado, que tiene pinta de que va a ser toda una odisea, ya se irá viendo. Debería quizás intentar meter la patita dentro del mundillo de las miniaturas, el warhammer y demás, pero la verdad es que me da un poco de miedo la gente que suele rondar por ahí. Habrá que hacer algo si quiero intentar ganarme la vida con esto en un futuro (cosa por la que MATARÍA).

Por otro lado y cambiando de tema, no se lo mucho que aguantaré en las redes sociales habituales (instagram y tuiter). Llevo años que apenas entro a tuiter más que para revisar la cuenta candado y ver qué se cuentan las 15 personas o así a las que sigo, cualquier otra cosa es exponerse al pozo de odio retroalimentado más horrible de internet. Recuerdo que como en 2022 o 2023 tuiteaba en mi cuenta pública varias veces al día e interactuaba mucho con la gente, en esa época conocí a mucha de la gente genial que está en Lagartija Cuchilla. Y no se si he borrado esos recuerdos, pero no era todo así de hostil. Hoy en día es imposible, al menos para mí, navegar por ese sitio sin encontrarte posts diseñados específicamente para hacerte reaccionar e interactuar negativamente, está todo lleno de trampas. Me gusta mucho la idea de una web de microblogging, pero tuiter ya no es eso.  He intentado usar más Instagram estos últimos meses, y aunque me parece muchísimo menos nociva y agresiva que tuiter, sigue teniendo sus cosas. Se supone que es un lugar en el que publicar trabajos gráficos, pero la calidad permitida de las imágenes limita demasiado, no sé. Supongo que está bien para conocer cosas y la gente que hace esas cosas y tal. También digo todo esto obviando el hecho de que está diseñada para atrapar tu atención de forma super predatoria, no tan maliciosa como tuiter, pero aún así. Por eso mismo quiero intentar usar más este blog, o usar mucho menos las otras redes, en realidad. 

 En fin, me está gustando mucho la experiencia de tener un blog y hacerlo cada vez más mío, quiero seguir haciéndolo. Un saludito y leed Lagartija Cuchilla, siempre estoy por allí cada mes. Yo y mucha gente que mola más que yo. ¡Leednos!

 

 

 

martes, 8 de abril de 2025

Sobre odiar

Odiar es algo que hago bastante. Antes lo buscaba, es divertido odiar algo en común, es de lo que más une a un grupo de personas, aunque no es una unión muy real. Odiar a solas también puede ser divertido, pero es mucho más doloroso. Creo que junto al amor, el odio es la emoción más física que existe. Cuando odias de verdad, lo sientes dentro de tí, la presión de como si hubiese algo real, como un pequeño objeto, que se hace más grande y más pequeño, que se mueve y reacciona. 

Si odias en común es fácil gestionar esa bolita que te ha crecido dentro, al hablarlo es como que dejas que te escape por la boca, igual no se va toda, pero suele ser suficiente como para aliviar la presión. Aunque no puedes soltarla sin más, esa bolita tiene que ir a algún sitio, tienes que pasársela a alguien. Ese intercambio de una forma o de otra, ya sea por puro despecho o por sentir la comprensión de otro, siempre es placentero. Odiar a solas es mucho más difícil. La bolita no puede ir a ningún sitio, se te queda dentro. Algunas veces se te queda dentro más tiempo del que querrías y la bola se queda como agua estancada, empieza a oler mar, a molestarte, incomodarte y a hacerte daño. No tiene por qué ser así, en el mejor de los casos con el tiempo la bolita se irá enterrando dentro de ti, irá muriendo poco a poco. Y como muerta que es, acabarás teniendo su recuerdo, pero nada más. Aunque otras veces no es algo que puedas controlar, muchas veces la bola estancada empieza a sedimentarse. Su cuerpo podrido es enterrado, aún moribundo, demandando que de vez en cuando abras el sepulcro para que excaves llenándote las uñas de tierra hasta sacar lo que quede de ahí. Sólo para echar un vistazo. Sólo porque has visto un nombre en el cartel de un local que te recuerda vagamente al suyo. Eso desentierra la bola. Y la tierra tardará mucho en volver a cubrirla, probablemente no para siempre.

Cuando me refiero a odiar de verdad, me refiero a odiar a alguien. A una persona. Puedes odiar a una empresa, al cabecilla del partido fascista de tu país o al CEO de la multinacional que controla el mundo, pero para mí no está cerca de lo que yo considero odiar de verdad. Un odio personal, un pensar "podría matar a esta persona", a alguien que conoces, alguien que te haya hecho algo o que ni siquiera te haya hecho nada a ti. Hay algo que da mucho miedo y me genera un profundo respeto ahí. Aunque creo en la parte involuntaria del odio, también creo que hay una parte muy activa en ello. Puedes sentirte incómodo con una persona, puede caerte mal, pero para odiar a alguien tienes que, aunque muy en el fondo, querer odiarle. El odio puro requiere demasiado esfuerzo, demasiada fuerza de voluntad como para hacerlo sin querer. Puede ser vergonzoso admitirlo, pero el odio más puro y verdadero es en el fondo deseado por uno mismo. 

Yo he odiado y odio mucho, quizás más de lo que me gustaría, y se me da bastante mal. No se si se puede ser mejor en odiar, si puedes odiar más eficazmente que otras personas, se me pone un poco de mal cuerpo al pensar en la productividad del odio así, pero tengo muy claro que a mí se me da muy mal. Siempre me acaba comiendo, la bolita siempre es demasiado grande y siempre acaba siendo desenterrada. Me avergüenza pensar en lo que he dicho de la parte activa del odio, que en el fondo lo busco, pero me avergüenza aún más saber que no es tan al fondo, que de una forma morbosa y cruel, aunque saque más cosas malas que buenas, disfruto y me gusta odiar. Que siempre que se desentierra la bola no es la bola quién mágicamente me llama y yo la escucho siendo víctima de sus encantos, sino que la desentierro yo sólo, sin que nadie me lo pida, sin ninguna excusa que pueda quitarme la culpa. Me avergüenza, pero tampoco es algo que quiera cambiar. Sigo pensando que odiar está dentro de la condición humana, que hay algo malo dentro de cada uno de nosotros y que tiene que salir por algún lado. No sé, ni quiero saber lo que ocurre cuando eso se queda dentro de cada uno, desperdigado y a sus anchas, cuando esa energía no se focaliza en algo externo.

Odiar no es sano, pero tampoco es mucho mejor no hacerlo. No es algo bonito ni agradable. No es algo de lo que sentirse orgulloso. Pero tampoco es algo de lo que se pueda huir. Al menos yo no puedo.

 

lunes, 31 de marzo de 2025

Miedo a la muerte

 ¡Qué miedo! Pues sí. Resulta que lo de darse cuenta de que inevitablemente vas a morir en algún momento es una cosa con la que se suele lidiar de pequeñito cuando lo piensas por primera vez. Seguramente alguna vez ya más de mayor se te vuelva a pasar por la cabeza y te joda alguna tarde, pero no va a ser nada nuevo, es algo que ya sabías. Bueno, pues parece que soy un poco más tonto de lo que suelo pensar, porque yo me di cuenta de que iba a morir en enero de este mismo año. 

Supongo que es un privilegio, nunca he vivido la muerte demasiado de cerca, tres de mis abuelos murieron pero yo era demasiado joven como para entenderlo bien y la verdad es que tampoco eran personas muy cercanas a mí. Me parece raro aún así, siempre he estado expuesto a la muerte en la ficción, o en la vida real aunque sea de lejos. Siempre he entendido lo que era, además la entendía de una forma fría y algo cruel; no hay nada después, cuando te mueras te has muerto, se acabó.  Pensaba que tenía también asumido que en algún momento me iba a tocar a mí, pero parece que no.

Creo que sobre el 28 o el 29 de diciembre, volviendo con mi pareja de comprar comida china para llevar, creo que vi a alguien muy mayor por la calle y lo pensé. "En algún momento me tocara estar así, ser viejo", "en algún momento me tocará estar postrado en una cama", "en algún momento me tocará vivir los instantes anteriores a mi muerte". Y ya está, eso fue. El miedo más intenso que haya yo sentido nunca me recorrió de arriba a abajo y me agarró del cuello para no soltarme jamás. Iba a morir en algún momento. Mis padres, mis amigos y mi pareja iban a morir también en algún momento. No podía. En algún momento va a explotar el Sol. Me daba igual que fuese en millones o billones de años. Iba a pasar. Todo iba a desaparecer en algún momento y no hay nada que se pueda hacer al respecto. 

No podía quitármelo de la cabeza, no podía vivir. De qué servía nada. Qué mas da. Me echaba a llorar sólo con pensar que mi pareja iba a morir en algún momento. Visto en retrospectiva, diciembre fue también el mes en el que empecé con el HRT y los estrógenos te ponen un poquito (MUCHÍSIMO) sensiblone y llorica. De todas formas no me gusta echarle la culpa a las hormonas, lo que sentía era real y lo sentía como tal. Estuve casi todo enero así. El miedo no desaparecía, se iba asumiendo poco a poco. El sentimiento pasaba de "estamos condenados y nada de esto sirve de nada" a "bueno, es lo que hay, al menos he existido, estoy existiendo". Al final es lo de siempre, intentar ver lo bueno en vez de ver lo malo. Aún así siento que me estoy auto engañando, no debería haber bueno, vivir sabiendo que algún día morirás es una condena, una maldición. 

Si lo piensas mucho mola bastante, estamos condenados a la muerte, aún así vivimos, hacemos cosas, creamos. Todo va a desaparecer y hay gente que juega a videojuegos de coches, que graba cortos, que hace fanzines, que pinta miniaturas. Está bastante guay, es bonito. 

Ahora estoy bastante mejor. No creo que nadie puesta estar bien del todo con esto, creo que si piensas lo suficiente en que no hay nada que hacer al respecto, al final puedes acabar asumiéndolo o ignorándolo. Tampoco nos queda otra, hay que mirar a otro lado para poder vivir, hasta que dejemos de poder hacerlo. Pero sí, estoy bastante mejor, no me preocupa tanto la muerte natural, de hecho la deseo, quiero poder morir de forma natural. Significará que habré vivido mucho. Es la conclusión lógica a la que llega todo el mundo, supongo. Ahora me da mucho más miedo precisamente eso, no poder morir de muerte natural, que pase algo, sobretodo a la gente que quiero. De nuevo, creo que es lo más lógico, lo que la mayoría de gente piensa. 

Aún me queda para poder convivir con la muerte de forma soportable. Siempre que subo al metro pienso que puede descarrilar, que el ascensor se puede caer o que algún órgano de mi cuerpo puede fallar. Poco a poco, poco a poco. No podría haber escapado del hoyo sin la ayuda de mi pareja, la mejor persona que conozco y a la que más amo. Creo que pasar por esto me ha ayudado, creo que me ha hecho un poquito mejor. Me he dado cuenta de lo importante que es amar. Lo único importante de verdad. Para eso estoy aquí, para amar. Valdría la pena pasar por mil infiernos sólo para poder amar y ser amade. Vivir sabiendo que en algún momento dejarás de hacerlo es al final de todo un precio bastante justo a pagar.

martes, 18 de febrero de 2025

Muñecos pequeños

Más o menos durante octubre del año pasado puse un anuncio en Wallapop ofreciendo servicios como pintor de miniaturas. Al dia siguiente me habló un tipo preguntando por un equipo de enanos y otro de orcos para el Bloodbowl. Un mes más tarde había cobrado ya mi primer "sueldo" trabajando de pintar monigotes. 


 
 


 Y al parecer le debieron de gustar mucho los muñequitos porque desde ese momento he estado pintando para él. La verdad es que ni de coña compensa el tiempo que le dedico con el dinero que cobro pero siempre me acabo autoconvenciendo repitiéndome que hacer esto me gusta y que yo ya hacía esto de gratis, así que con que cobre un mínimo ya está bien. Sé que no es así y que igual debería valorar más mi tiempo, pero me pagan por pintar muñecos de plástico, no me voy a quejar. 
 

La verdad es que siempre me ha parecido muy importante reivindicar el hobby. Algo totalmente opuesto a la cultura de la productividad que nos intentan meter en la cabeza hoy en día. La idea de hacer algo simplemente porque te gusta, porque es divertido. Me pone un poco triste que parezca tan revolucionario. Formar parte del hobby de un tipo ya con familia y la vida hecha, que una vez cada muchos meses se escapa a una casa rural a jugar a jueguitos de mesa con sus amigos, que saca sus pequeños duendes de plástico y los pone encima de la mesa, muy orgulloso de ellos. La verdad es que es algo que me llena y que me hace sentir que estoy haciendo el mundo un lugar un poquito mejor. 

 
Hace ya tiempo desde que me di cuenta de que nunca podría trabajar de algo relacionado con mis dibujos, por imposibilidad y por convicciones personales. Hay algo especialmente maligno en combinar el trabajo asalariado con el trabajo creativo. Por esto mismo pensaba que me acabaría cansando de pintar miniaturas para otros. Pero la verdad es que cada vez me gusta más, creo que por no ser tan creativo o por ser algo más mecánico no me llega a saturar, no lo sé, la verdad, pero me lo paso muy bien con estos bichos. Creo que sería uno de los pocos trabajos en los que no me iría volviendo loco a lo largo del tiempo. Hola, si quieres contratar a alguien que pinte muñecos de forma más o menos profesional dime algo, por favor.


Carne de nuestra sangre ya está terminado!!

 Hola hola. En el último número de Lagartija Cuchilla he publicado la parte final de Carne de nuestra sangre, el cómic en el que llevo trab...